Para ser productivo tienes que ser una persona con mucha fuerza de voluntad, con fuerza mental para evitar todas esas situaciones que hacen que nuestro cerebro quiera procrastinar y dejar de hacer lo que tienes que hacer para perder el tiempo.
Mentira. Mentira gorda además. Si esta es tu idea para aprovechar mejor tu tiempo, seguramente tengas que volver a hacer este curso dentro de dos o tres meses.
El secreto de todo está en los hábitos. Cuando haces las cosas por inercia no tendrás que esforzarte en hacerlas. ¿No te ha pasado nunca que te despiertas un sábado a las 7 de la mañana porque te levantas todos los días a esa hora? Esto ocurre con todas las facetas de nuestra vida. Si tu costumbre es llegar a casa, quitarte los zapatos y ponerte a ver la tele te va a costar un mundo sentarte a ponerte a trabajar en tu blog, pero si tu costumbre es sentarte delante del ordenador 30 minutitos los días que no lo hagas sentirás que te falta algo.
La fuerza de voluntad es un recurso caro y finito
He hablado de este tema con muchos expertos en productividad. No es que yo sea una persona especialmente débil de mente o indisciplinada. Todo el mundo en mayor o menor medida flaqueamos. No podemos hacerlo todo confiando en nuestra fuerza de voluntad.
Para desarrollar un hábito tenemos tres elementos que intervienen en la ecuación:
La motivación: La motivación es la gasolina que hará que nuestro motor no se pare. Mientras haya motivación, todo irá bien. Busca tus motivos para desarrollar un nuevo hábito y no los pierdas nunca de vista. Intenta recordarlos en momentos de flaqueza. Piensa en lo que te hace feliz de la decisión que has tomado. Si en algún momento no encuentras razones para hacer lo que estás haciendo, dejarás de hacerlo a la larga, así de sencillo.
La inercia: Es mucho más sencillo mantener en marcha un coche que arrancarlo y pararlo continuamente. Tendemos a hacer las cosas que estamos acostumbrados a hacer. Los hábitos crean circuitos cerebrales que nos permiten entrar en «piloto automático» y ejecutar sin pensar. La gran ventaja de los hábitos es que, una vez cultivados, son muy difíciles de revertir. Después de 6 meses levantándote a las 6 de la mañana, calzándote las zapatillas y saliendo a correr verás como hay días en los que estás en la calle medio dormido y ni siquiera recuerdas muy bien cómo has llegado allí.
La fuerza de voluntad: Si la motivación es la gasolina, la motivación es el turbo de nuestro motor. Probablemente debas tirar de fuerza de voluntad para iniciar un nuevo hábito. Puedes usar tu fuerza de voluntad en momentos puntuales en los que te falla la inercia o la motivación, probablemente momentos en los que las circunstancias que rodean a tus hábitos cambien. Pero no puedes basar un hábito solo en la fuerza de voluntad. Úsala sabiamente y solo como último recurso.
¿Cuánto tiempo hace falta para desarrollar un hábito?
Hay diversos estudios sobre el tema. El desarrollar un hábito es un proceso neuronal mediante el cual nuestro cerebro cambia y crea nuevas conexiones entre las neuronas. Normalmente siempre se ha dicho que son necesarios 21 días para desarrollar un nuevo hábito, aunque experimentos más recientes han demostrado que pueden hacer falta hasta 66 días para lograrlo. Dos mesecitos. Puedes conseguirlo.
Hay un truco excelente para facilitar este proceso (y os puedo asegurar que funciona). Consiste en cambiar un hábito negativo por un hábito positivo. Si al llegar al trabajo lo primero que haces es tomarte un café y charlar durante 10 minutos con los compañeros, intenta reemplazar esta costumbre con sentarte en tu sitio y atacar la tarea más complicada del día, sin pensar. Si normalmente lo último que haces antes de irte del trabajo es revisar tu correo durante 15 minutos, intenta cambiarlo por 15 minutos para planificar tu próximo día. Puedo asegurarte que los resultados son espectaculares.
Cae cien veces, levántate cien veces
No quiero engañarte. Cuando desarrolles un hábito vas a fallar. A no ser que seas una criatura excelsa que siempre hace lo que debe van a haber días en los que no vas a cumplir el hábito. No te desilusiones. No cejes en tu empeño. No permitas que tu hábito falle dos días seguidos. Es clave esto que te estoy diciendo. Un bache debe ser solamente eso, un bache. Si cada vez que pasas por un bache paras el coche para ver que ha pasado, nunca lo vas a conseguir.
Se constante, recuerda tu motivación, usa tu fuerza de voluntad cuando sea necesario. Piensa que lo que estás haciendo te acerca a una vida mejor y, a medio plazo, te hará más feliz de lo que eres ahora.