El gato de Schroeninger y la motivación

El gato de Schroeninger y la motivación

Es posible que si sois un poco aficionados a aprender cosillas de física (la ciencia es divertida amigos!) hayais oido hablar antes de la paradoja del gato de Schroeninger. Esta una de las aproximaciones a la versión clásica del experimento. Dejaremos la teoría cuántica para otro día XD

Se introduce un gato en una caja cerrada con un mecanismo que puede matarlo. Este mecanismo tiene un 50% de posibilidades de activarse. Mientras no abras la caja, el gato tiene un 50% de probabilidades de estar vivo y otro 50% de probabilidades de estar muerto, por lo que es imposible determinar con exactitud su estado.

El problema radica es que al abrir la caja podemos activar el mecanismo, por lo que alteraríamos el resultado del experimento con la mera observación del resultado y, por tanto, nunca podremos conocer el resultado con certeza.

¿Sabéis que? Me recuerda muchísimo a lo que ocurre en las empresas con la satisfacción de los empleados y las encuestas de recursos humanos. La realidad es que los departamentos en las empresas son como cajas cerradas de la que recursos humanos tiene muy poquita información. La gente que trabaja en estos departamentos puede estar motivada o no, y una de las pocas formas que hay de saberlo antes de que cunda el desánimo y comience la rotación de personal es hacer entrevistas o encuestas de satisfacción.

El mero hecho de hacer una encuesta de satisfacción puede hacer que alguien que se sentía desmotivado se anime, porque la empresa está demostrando que se preocupa de su situación. Puede ocurrir el caso contrario. A veces pasa que alguien que parecía sentirse motivado aprovecha las encuestas de recursos humanos para desahogarse y para hablar de problemas puntuales.

Por lo tanto, la mera observación del estado del nivel de satisfacción de un individuo puede afectar al mismo, por lo que no pueden considerarse como válidos los resultados de una encuesta de satisfacción.

Siempre opino que la gente actúa diferente cuando se sienten observados, y la mejor forma de vencer esta paradoja es convertir en costumbre estas encuestas o entrevistas de satisfacción. Si en 3 años a un empleado le han hecho solo una encuesta de satisfacción, los resultados no serán fehacientes con toda probabilidad. Si un empleado tienen encuestas de satisfacción cada 3 o 4 meses, a la 5 entrevista ya estará tan acostumbrado al proceso que probablemente los resultados se ajusten más a la realidad.

 

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