Debo decir que estoy muy contento de haber descubierto la teoría de la motivación de Herzberg después de tantos años leyendo sobre el tema de la gestión de recursos humanos y aprendiendo a motivarme a mi mismo y a los que me rodean. Seguramente para los que sois profesionales de los recursos humanos no os parezca un gran descubrimiento pero para mí, que soy un simple programador, me ha abierto las puertas de un mundo nuevo.
Y es que de todas las teorías sobre la motivación que he leído seguramente sea la de Herzberg la que más se aproxima a mi propia experiencia en la gestión de equipos.
La teoría de la motivación de Herzberg, también conocida como teoría de los dos factores, separa las circunstancias que rigen la vida laboral de un trabajador en dos grupos bien diferenciados.
Por un lado están los factores de Higiene. Una mala situación de los factores de higiene hacen que el trabajador se sienta insatisfecho sin importar cualquier otra circunstancia o incentivo que agreguemos a la ecuación.
Si todos los factores de higiene están cubiertos, podríamos considerar que el trabajador tiene un «nivel de insatisfacción cero». En ningun caso estos factores de higiege mejorarán el nivel de satisfacción del trabajador. De ellos solo depende que se sienta insatisfecho o no.
Entre los factores de higiene podríamos citar:
- Sueldo y beneficios
- Política de la empresa y su organización
- Relaciones con los compañeros de trabajo
- Ambiente físico
- Supervisión
- Status
- Seguridad laboral
- Crecimiento
- Madurez
- Consolidación
Por otro lado, tenemos los factores de motivación. Estos factores no pueden evitar que el trabajador se sienta o no insatisfecho, pero pueden hacer que el nivel de satisfacción de un empleado que tiene todos los factores de higiene cubiertos crezca. Por decirlo de una forma sencilla, con los factores de higiene evitamos el descontento y con los factores de motivación aumentamos la felicidad del empleado con respecto de la empresa.
- Logros
- Reconocimiento
- Independencia laboral
- Responsabilidad
- Promoción
La moraleja parece sencilla: hay que centrarse primero en consolidar los factores de higiene y revisarlos periódicamente para evitar lo que se conoce como efecto «que has hecho por mí ultimamente». Una vez estén consolidados, podemos centrarnos en mejorar la motivación de las personas.
Nunca debemos empezar a construir la satisfacción de un equipo por el tejado, aunque seguro que a todos se nos ocurren casos de lo contrario. Todo comienza siempre por unas condiciones de trabajo dignas y, solo a partir de este punto, podremos empezar a construir la motivación.
Totalmente de acuerdo Daniel. Sin el nombre «científico» me refería a estos temas en el siguiente artículo http://aalmoguera.blogspot.com.es/2015/04/desmotivando-al-trabajador-del.html
Y si los factores higiénicos no se cumplen entonces olvidémonos de seguir con el resto.
Es un error en el que caen muchas empresas, desde luego.
Tu información me ayudó mucho Daniel, realmente citaré tu trabajo en mi tesis. ¡Muchas gracias! :)
Muchas gracias Evelyn :)