Esto es algo que nunca he confesado aquí, pero soy un enamorado de la historia antigua, especialmente de la civilización greco-romana. Y como es verano, estoy de vacaciones y me apetece aportar un punto de vista diferente sobre el mundo de la empresa, me gustaría compartir con vosotros lo que he aprendido de management leyendo historia.
Personalmente, me parece un periodo en en que los valores y las habilidades se encontraban de forma más pira en la sociedad. Surgían ideas geniales por el simple hecho de que no había demasiadas cosas que se dieran por sentado. El valor, el compromiso, la genialidad, la constancia o la inteligencia podían por sí mismas marcar la diferencia. Podríamos hablar de la influencia de Egipto o los imperios persas, pero creo que el mundo grecolatino se alzó sobre las civilizaciones que les precedieron.
Y entonces llegó Roma. Antes de Roma habían existido decenas de imperios y otro buen puñado de ellos fueron contemporaneos. Lo que más me entusiasma de todo es que gran parte de su éxito se lo deben a valores en los que creo y que nadie que tenga capacidad de dirección en una empresa debería perder de vista.
Capacidad de delegar
Roma constituye uno de los primeros ejemplo de administración pública eficiente. Su sistema fuertemente estructurado en el que se daba autonomía a los funcionarios para tomar decisiones propició que el estado respondiera rápidamente y en muchos casos de forma eficaz a los problemas que se le plantearon. Por supuesto que esto derivó en una impresionante corrupción, pero eso no debe eclipsar las ventajas del sistema.
Infraestructuras
El gran logro de Roma fue comprender que la infraestructura era vital para la supervivencia de su modus vivendi. Todo su entramado socio-político está sustentado en infraestructuras, muchas de las cuales perduran hasta nuestros días. Las vías conectaban cada provincia para que fuera sencillo desplazarse de un lugar a otro, los puentes eliminaban el obstáculo de los cauces de agua. Los viaductos y las alcantarillas permitían que los ciudadanos se preocuparan de algo más que de su supervivencia…
I+D
Roma no era invencible pero rara vez cometía el mismo error (por lo menos hasta la época del imperio). Analizaba el por qué del problema que había surgido, lo meditaba y proponía una respuesta acorde con la situación planteada. Esta capacidad de pivotar y aprender fue vital para la supervivencia de los primeros años de la república.
Ingeniería y desarrollo
Roma desarrolló la ingeniería tal y como la entendemos hoy en día (con permiso de Arquímedes y los demás sabios griegos). Contaba con especialistas que eran capaces de planificar e implementar planes enfocados a lograr un objetivo. Las obras de ingeniería civil romanas son archiconocidas, pero no debemos olvidar los logros en ingeniería militar y los artefactos que preparaban para espectáculos y fiestas. Si os interesa os recomiendo que leáis sobre las naumáquias.
Diversificación y especialización
En las civilizaciones antiguas era frecuente que una persona se dedicara a cultivar y a elaborar utensilios para el hogar, que fueran arquitectos y pensadores o, lo más frecuente, que formaran parte del ejercito cuando fuera necesario. En Roma la sociedad tendió a especializarse pero sin perder del todo cierta transversalidad en las profesiones, quizás demasiado, lo que propició que se alcanzaran cotas de excelencia nunca antes conocidas.
Compromiso
Sin duda lo que más me impresiona de la Roma republicana es el sentido de estado de sus ciudadanos. No dudaban en sacrificarse por un bien común. Roma era capaz de esfuerzos extraordinarios sustentados únicamente en la fuerza de voluntad de sus habitantes y en la honestidad de su sociedad.
Quizás todas estas cosas os suenen un poco contradictorias para los que solo conocéis la Roma Imperial de las películas o los libros de historia del colegio. Si os interesa saber más, os recomiendo para este agosto una entretenida Historia de Roma de Indro Montanelli, muy divertido de leer y perfecto para pasar un par de tardes de verano.
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