Cómo combatir el ruido en la oficina

Cómo combatir el ruido en la oficina

La productividad suele necesitar concentración, y la concentración suele ir acompañada de silencio. ¿Y sabéis donde no abunda el silencio? En las oficinas open space que se han puesto tan de moda el los últimos 10 años, donde trabajamos prácticamente en mesas corridas y donde los espacios aislados brillan por su ausencia.

En estas condiciones, muchas veces resulta verdaderamente difícil trabajar, aunque por suerte hay soluciones relativamente sencillas que pueden ayudarnos. Una forma fácil de lograr el ansiado silencio es mediante el uso de mamparas de separación. Pueden ser de cristal o de madera y es sorprendente lo que pueden llegar a aislar. No hay nada más horrible que intentar mantener una conversación tranquila con un posible cliente y que de fondo se escuchen también las conversaciones de todos tus compañeros. Con una mampara evitas que las ondas de sonido lleguen sin obstáculos desde las bocas de todos tus compañeros de la oficina hasta tus oídos y tu micrófono. Una solución estupenda para crear pequeños espacios aislados del ruido donde poder refugiarte para hacer esa llamada importante o para buscar esa media horita de silencio para redactar un informe importante.

Otra forma es mediante el uso de cascos que aíslan del ruido. Es una solución muy buena para aislarte tu mismo del ruido a tu alrededor, pero tiene dos grandes inconvenientes. El primero es que evita que tu escuches el sonido, pero no que lo escuche tu interlocutor si estás hablando por teléfono o videoconferencia. El segundo es que te los tienes que quitar para hablar con algún compañero, y mantener esa reunión informal de 5 minutos en el puesto de trabajo con un sonido de gallinero de fondo es muy poco gratificante. Créeme, he sufrido muchas de estas XD

Una solución más definitiva pero por la que alguna vez me he tenido que decidir es reorganizar completamente el espacio de trabajo y contratar una empresa de reformas de oficinas en Madrid. Muchas veces es mejor dejar de poner parches, pararte a pensar si tienes un auténtico problema de distribución de espacios de trabajo y tomar decisiones acorde a tus necesidades.

Y si no tienes el poder de decidir, házselo saber a tus responsables. No hace falta que lo expreses como una queja, proponlo como una mejora. Todos necesitamos las herramientas adecuadas para trabajar de forma productiva, y el silencio es una herramienta más. Te en cuenta que muchas veces la gente en puestos de responsabilidad no paran a ponerse en las bota de cada uno de nosotros por falta de tiempo o de foco, pero que su mayor preocupación siempre es que el trabajo salga adelante de la mejor forma posible. Si eso implica instalar mamparas de separación, dar cascos a todo el equipo o incluso reformar la oficina, seguramente lo hará porque redunda en el beneficio de la empresa.

Como siempre digo, enfadarte y guardártelo no es la solución a nada. Y esperar que la cosas cambien por arte de magia también es ridículo. Comunicación y toma de decisiones, esa es la clave para mantener unas condiciones de trabajo óptimas para todos.

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