Romper los bloqueos mentales es crítico para el trabajo creativo. No sabemos muy bien cómo ni porqué pero nuestra mente se bloquea. No tenemos ideas, no avanzamos en las conclusiones, siempre giramos entorno a los mismos conceptos sin llegar a ningún sitio, o incluso nos quedamos totalmente en blanco sin saber muy bien que hacer.
Sufrimos un bloqueo mental.
¿Cómo romperlo y no desesperarnos en el intento? Lo mejor es realizar una actividad no relacionada en absoluto con lo que tenemos que hacer. Nuestro inconsciente trabajará por nosotros en encontrar una solución. Es lo que yo llamo el “Efecto Wilson”.
EL la popular serie de televisión “House”, cuando el Doctor House sufría un bloqueo mental y no daba con la clave para dar con el diagnóstico correcto después de pensar y pensar, se iba a ver a su amigo Wilson. Hablaba con el de tonterías y, en algún momento, tenía una brillante idea. Un momento de epifanía en el que todas las piezas encajaban a la perfección y resolvía el caso aparentemente por casualidad.
En realidad, todos tenemos momentos parecidos en nuestra vida. Siempre te acuerdas del nombre de la película cuando no estás intentando recordarlo. Razonas donde has dejado las llaves cuando sales por la puerta. Se te ocurre un principio físico fundamental cuando estás bañándote y exclamas “EUREKA”.
Cuando sufro un bloqueo mental, tengo tres estrategias que suelen funcionar.
- Por un lado, procuró convencer a algún compañero para que se tome un café conmigo y hable del tema, aunque no sepa de que va exactamente. En muchas ocasiones no hace falta un conocimiento profundo del problema sino, simplemente, un punto de vista fresco en el que no hayamos reparado. Una óptica nueva que, combinada con todo lo que hemos pensado previamente, puede ser la llave de la solución.
- Por otro lado, me gusta pasear. Depende de cómo sea la oficina en la que trabajo puede que pasear implique irme al baño del edificio, pero si tengo la ocasión me gusta dar una vuelta o dos a la manzana pensando en el problema y vagando sin rumbo fijo. Andar ayuda a pensar y, muchas veces, el bloqueo se puede romper simplemente cambiando de escenario. Sal del aparato de tortura intelectual en el que se ha convertido tu escritorio y que no te deja ver la solución al problema y deja volar un poco tu mente.
- La última es la música. Al sufrir un bloqueo mental, cambio la música que estoy escuchando y me concentro solamente en los sonidos que estoy escuchando. En cierto modo, es otra forma de “salir de mi escritorio” o de romper el círculo vicioso al que me estaba sometiendo el bloqueo mental. Para aplicar esta técnica me gusta emplear canciones de bandas sonoras o música de relajación.
Espero haberos ayudado un poco a romper vuestros bloqueos mentales compartiendo los pequeños trucos que me gusta utilizar a mi. Si vosotros tenéis algún otro consejo que compartir con los lectores, seguro que todos estaremos encantados de escucharlo.
Alguien me recomendó alguna vez hacer actividades que requirieran concentración como resolver ejercicios de matemáticas, crucigramas, colorear o sopas de letras. Y de inmediato, volver al trabajo.