Hoy quería hablaros de una pequeña tontería que forma parte de mi vida pero que creo que puede resultar útil.
Se trata de estas pequeñas cosas que no se sabe muy bien dónde las has aprendido, que no sirven para nada nunca pero que en un instante muy concreto de tu vida pueden serte de utilidad.
Es lo que yo llamo el Conocimiento Batman.
Lo llamo así porque he sido un avezado lector de comics desde pequeñito. Batman, aparte de ser el héroe enmascarado que todos conocemos, es el mejor detective del mundo. Recuerdo que muchas veces en sus investigaciones topaba con pistas inverosímiles para el observador medio, pero que él era capaz de identificar inmediatamente como “la runa que significa cielo en la mitología nórdica” o “la pluma de la cola de un águila imperial, que suele formar parte de los tocados de los jefes guerreros de la tribu de los Topekas que viven en el desierto de Colorado”.
Y yo pensaba maravillado que donde había aprendido este hombre cosas tan extrañas que no salían en ningún libro de los que yo leía.
La verdad es que el mundo está lleno de información, y no está de más intentar salirnos un poco de o que estamos acostumbrados a leer o escuchar para ampliar nuestros campos de conocimiento porque esto nos puede resultar útil para nuestra vida real.
Tratar temas que, por lo general, serían ajenos a nosotros nos ayuda a pensar fuera de la caja, a mejorar nuestra imaginación y a potenciar la serendipia que surge de relacionar conceptos que parece que no tienen nada que ver entre si.
Puede que, para concebir una nueva campaña de publicidad, recordemos una anécdota histórica que leímos en una revista. Puede que se nos ocurra cómo resolver un problema de lógica recordando un episodio de una serie de televisión.
La aplicación más práctica que encuentro en mi vida del Conocimiento Batman es la de establecer vínculos con personas con las que no tendría nada en común en circunstancias normales. Puede que no sea un experto en caza con arco, pero he aprendido lo suficiente del tema como para mantener una conversación y mostrar mi interés por el asunto.
Otra aplicación muy útil es la de comprender las necesidades de clientes que tienen negocios muy distintos al mundo en el que me muevo yo. Puede que no sea un fontanero, pero se lo suficiente como para comprender las necesidades de un cliente que sí lo es. No se muy bien como funciona el mundo de las apuestas de caballos, pero si alguien me explica brevemente el mecanismo tengo los conocimientos necesarios como para juntar piezas en mi cabeza y poder opinar sobre la manera en la que funciona su negocio.
Mi pequeño consejo es que os esforcéis en aprender todos los días algo totalmente inverosímil y que aparentemente no os resulta de utilidad. Puede que un día sea la diferencia entre tener éxito o no tenerlo.
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