Si os gusta el mundo de la gestión de equipos de producción o la productividad personal habréis oído hablar del Kaizen. El Kaizen es un término japones popularizado por el famoso libro El Método de Producción Toyota que significa "mejora continua".
La filosofía del Kaizen es simple pero efectiva. Haz que que cada día sea mejor que el anterior. Esto se consigue observando qué partes de un proceso se deben mejorar y haciendo pequeños ajustes frecuentemente para aproximarnos cada vez más al proceso óptimo.
El problema viene cuando no se tiene una perspectiva objetiva de tu empresa. Es fácil decir "apliquemos el Kaizen y mejoremos los procesos dentro de la empresa", pero en muchos casos hay que hacer un paso previo. La cultura empresarial tradicional que impera en las PYMES españolas normalmente no contempla unos procesos bien definidos.
Si no tenemos un proceso de producción bien definido, es absolutamente imposible aislar los pasos del proceso que son susceptibles de mejora y mejorarlos. La aplicación del Kaizen es absurda (aunque no imposible) si los cimientos de lo que queremos mejorar no son sólidos.
Antes de sumergirte en un proceso de mejora continua mira a tu alrededor y reflexiona sobre lo que tienes. ¿tu empresa tiene procesos de algún tipo? ¿Tu empresa cuanta con los equipos apropiados para el desempeño de estos procesos? ¿La dirección de tu empresa está dispuesta a respaldarte en un proceso de mejora continua?
Si la respuesta a alguna de estas tres preguntas es no, lo mejor es que pelees otras batallas antes de sumergirte en el Kaizen o es probable que tu ambición por mejorar se vea entorpecida por otros factores.
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