Estás constantemente haciendo cosas sin parar
A lo mejor confundes ser productivo con estar muy ocupado. Las personas realmente productivas no hacemos más cosas o más rápido que la mayoría de las personas, sino que seleccionamos cuidadosamente cuales son nuestros próximos pasos y hacemos sólo lo imprescindible.
Dejas que las interrupciones rompan tu concentración
No vives en una burbuja, pero no puedes permitir que todos los estímulos externos que te salgan al paso interfieran en tus tareas y te alejen de lo que realmente debes hacer. Aprender a gestionar las interrupciones es una de las habilidades fundamentales que debes desarrollar si quieres alcanzar tus metas.
No planificas nada
Si bien es cierto que la vida es caótica y llena de imprevistos por definición, no importa lo que hagas para remediarlo, eso no significa que no te marques una serie de hitos que debes cumplir para alcanzar tus objetivos. Si no planificas tus pasos, caminarás sin rumbo y terminarás en cualquier parte menos donde quieres estar.
Planificas demasiado
Si eres una persona más o menos organizada, me gustaría apostar a que es bastante probable que planifiques gran parte de las cosas que tienes que hacer, y que lo hagas mal. El concepto tradicional de planificación es una mentira que nos han contado desde pequeños y que no funciona en absoluto. Hay que planificar lo justo y pensar mucho nuestro próximo movimiento.
No duermes lo suficiente
El descanso de calidad es la piedra angular de la productividad personal. El cerebro necesita pasar determinados ciclos de sueño para regenerarse y establecer nuevas conexiones neuronales. Vamos, que si no descansas bien entre otras cosas te costará más aprender y te volverás cada vez más tonto.
No inviertes ni un solo euro
Invertir dinero es una de las formas más sencillas de convertirte en una persona más productiva. Calcula cuánto vale una hora de tu tiempo. Si tienes que hacer algo y puedes encontrar a alguien que cobre menos de lo que tú ganarías durante el tiempo que te tomaría, contrátalo. Probablemente lo hará más rápido y mejor que tu, y además te ahorrará muchos quebraderos de cabeza. No solo debes saber cómo convertir tu tiempo en dinero, sino también cómo convertir tu dinero en tiempo.
No sabes bien donde te metes hasta que estas de mierda hasta el cuello
Antes de comprometerte a hacer algo debes calcular de forma inteligente qué implicaciones tiene y si vas a poder asumir todo lo que conlleva o no. Es muy frecuente que las personas se muevan por impulsos y no calculen sus recursos (tiempo-dinero) antes de fijarse sus objetivos.
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