Gestionar un proyecto no es dirigir un proyecto

Gestionar un proyecto no es dirigir un proyecto

Cuando un equipo se ve sumido en el caos de la batalla laboral, con todos los compañeros peleando por sacar adelante sus tareas diarias con su mejor predisposición, con el polvo del ruido del trabajo nublándoles la vista y sin un rumbo claro, suele haber un capitán que levanta su espada y grita ¡Por aquí! y así salva el día…

Un error muy común en las PYMES es no comprender la diferencia entre dirección y gestión o, lo que es lo mismo, la diferencia entre estrategia y táctica.

La gestión de un proyecto supone la correcta administración de los recursos asignados a ese proyecto para conseguir llevarlo a término. Esto implica la coordinación, la administración del capital humano, tomar decisiones operativas, lidiar con los imprevistos…

Se trata de la gestión del día a día del proyecto. Podríamos decir que la gestión equivale a pelear en las batallas. Una buena gestión te hará ganar muchas batallas. Es una visión táctica del proyecto, con sus generales, sus capitanes y sus soldados.

La dirección supone operar a un nivel diferente dentro del mismo proyecto. Dirigir supone tomar decisiones sobre el objetivo último del trabajo y cuando es necesario cambiar de rumbo. Supone colocar a las personas apropiadas en los lugares apropiados en cada momento. Supone jugar a ese sutil juego político que siempre se da dentro del mundo laboral que involucra influencias, asignaciones de recursos, planes de negocio…

Se trata como digo de la visión global del proyecto, mirando en conjunto desde el primer día hasta el último y todas sus posibles ramificaciones. Una buena dirección te hará ganar la guerra o, por lo menos, tomar ventaja frente a tus rivales. Se trata de una visión estratégica del proyecto y los actores implicados son tesoreros, comandantes en jefe y líderes políticos.

Muchas empresas se quedan en la operativa diaria y no son capaces de ir más allá. Tienen la sensación de vencer, pero muchas acaban fracasando. Sufren esa ilusión trágica que proporciona una gestión de proyectos maravillosa carente de táctica.

Son empresas bien gestionadas pero mal dirigidas. La historia está llena de ejemplos de países que ganaron todas sus batallas pero perdieron todas sus guerras.

Sin embargo, la mayor expresión de pericia es ganar una guerra sin ni siquiera disputar una batalla. La realidad es que siempre hay batallas que luchar y proyectos que desarrollar, pero pueden ser trabajos rápidos y extremadamente efectivos (recordad el método Lean Startup). Si nuestro proyecto está mal dirigido, es imposible que triunfe.

Ya lo decía Tsu Tzu: Ya que obtener cien victorias en cien batallas no es la excelencia suprema. Someter al enemigo sin pelear es la excelencia suprema.

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