A parte de esta gran afición que tengo por la mejora de la productividad personal y el estudio de sistemas de producción tengo otras pasiones. Entre ellas, se cuenta el leer libros de historia. Este año le ha tocado el turno a la historia de los Estados Unidos.
Pero estas dos aficiones mías se mezclan. Ya compartí con vosotros una frase famosa de Abraham Lincoln que hablaba sobre preparativos y eficiencia.
Hoy le toca el turno a lo que se ha terminado por conocer como Ley de Eisenhower.
A Eisenhower se le recuerda porque fue el presidente de los Estados unidos que ganó la Segunda Guerra mundial, es una figura fascinante. Un hombre pragmático que siempre tuvo sus objetivos y los de la nación que gobernaba bien definidos y que hizo lo imposible para alcanzarlos, en ocasiones emprendiendo medidas de dudosa legalidad.
La Ley de Eisenhower nos dice que antes de comenzar una tarea debemos preguntarnos ¿para cuándo? y ¿para qué?
Estas dos preguntas resumen la esencia de un gran hombre.
El “para qué” está muy claro. Ya hemos hablado otras veces sobre la importancia de la definición de objetivos y de la diferencia entre ser productivo y estar ocupado. Si no tienes claro el objetivo de tus acciones lo más probable es que no llegues a ningún sitio.
En realidad, la pregunta en un sentido más amplio debería formularse como “¿Lo que voy a empezar a hacer me acerca a lo que quiero conseguir?”. Si la respuesta es negativa, mejor será que pienses en emplear tu valioso tiempo en otra cosa.
El “para cuando” también es fácil de entender para los que hemos sufrido las consecuencias de la Ley de Parkinson. Como resumen diremos que, en términos generales, el intervalo que tardamos en hacer una tarea tiende a ocupar todo el periodo de tiempo disponible.
De hecho, tiene la misma esencia que la selección de tareas de GTD cuando estamos procesando nuestras bandejas. Cuando dos personas llegan a la misma conclusión siguiendo caminos separados suele ser por algún motivo.
La ley de Eisenhower es tan fácil de incorporar a nuestro estilo de vida que deberíamos plantearnos el utilizarla a menudo. Simplemente dos preguntas muy claras que nos pueden ahorrar muchísimo tiempo.
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