Hace algunos años que cree este blog en parte como tribuna para expresar algunas ideas o relaciones que creo que deben cambiar en los entornos laborales. Hoy voy a hacer una de esas reflexiones que salen del corazón.
Siempre, siempre que comento con alguien la posibilidad de mejorar mi situación laboral me habla de dinero. Ya sean jefes, compañeros, familiares, todo el mundo asocia una mejora del desempeño a dinero.
«Me esfuerzo mucho en mi trabajo» -> «Pide más dinero»
«Me gustaría trabajar con objetivos» -> «Si lo hicieramos tendríamos que pagar más a toda la empresa»
«Me gustaría mejorar mi situación después de este año» -> «No podemos darte más dinero»
Pero ¿sabéis qué? yo no necesito ganar más dinero (o no mucho más). Algún día os explicaré mi teoría del salario mínimo viable. Yo soy minimalista, que demonios, puedo vivir con poco dinero. Claro que me gusta vivir cómodamente, pero llegados a cierto punto el dinero me da un poco igual.
No todas las recompensas tienen que estar asociadas a dinero. Yo os voy a dar como siempre dos ejemplos claros de mi propia experiencia:
El primero es el reconocimiento laboral. De hecho, yo me he cambiado de trabajo algunas veces no buscando más dinero sino más reconocimiento. Una vez fui nombrado empleado del mes en QDQ. Estuve 6 meses trabajando feliz. Yo escribo aquí porque muchos de vosotros me animáis a hacerlo y gente a la que yo considero auténticos maestros del mundo de la productividad personal y la gestión de empresas de vez en cuando me dicen que les resulta interesante tal o cual artículo.
El segundo es la conciliación entre vida personal y laboral. Esto no implica necesariamente trabajar menos horas, sino mejorar las circunstancias de trabajo. Yo ahora mismo daría mi brazo derecho por poder teletrabajar un par de días a la semana o por tener un horario de 7:30 a 16:00 por ejemplo. Pasar tiempo con mi familia y disponer de más tiempo para mí son las prioridades en este momento de mi vida.
Yo solo necesito el dinero suficiente para dar a mi familia la vida que se merecen, tiempo para que la disfrutemos juntos y un lugar al que acudir contento a trabajar todos los días. Siempre doy pasitos en esa dirección, poco a poco.
Si reflexionáis seguramente encontréis motivaciones de este tipo en vuestro interior. Yo conozco a un amigo que trabajaba el doble que yo a cambio de 15 días más de vacaciones al año, o a otro que aguantaba la vida de agencia de publicidad (que puede ser bastante dura) solo porque le permitía asistir a eventos y codearse con gente interesante.
¿Necesitas dinero para estar motivado? ¿O necesitas otra cosa?
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