Llevo aproximadamente cinco años, desde mucho antes de que naciera este blog, sumergido en el mundo de la productividad personal y sus teorías. En todo este tiempo he tenido la suerte de conocer a muchas personas que compartían mis puntos de vista o mis aspiraciones vitales, muchos otros no.
Lo que me ha resultado más curioso es el enfoque minimalista de la vida que comparten muchos de los miembros de esta comunidad. De hecho, aunque no me considero a mi mismo un minimalista como tal, soy cada vez más práctico o “espartano” como dice mi madre.
Supongo que es una consecuencia lógica de llevar un estilo de vida enfocado a la productividad. Lo primero que hace una persona que tiene estos principios de la productividad personal antes de tomar una decisión es preguntarse “¿para qué lo hago? ¿de verdad esto me acerca a mi objetivo?”
Después de varios meses haciéndose esta pregunta en el trabajo, es lógico pensar que cuando vayas de compras y te veas delante de una camisa que te parece fantástica te preguntes ¿para que la necesito? ¿de verdad me aporta algo? si ya tengo muchas camisas. Por supuesto, terminas por no comprarla.
En una filosofía de vida en la que todas tus acciones se justifican por el objetivo bajo el que están dirigidas y deben tener un fin en sí mismo, el consumismo resulta ser una tendencia difícil de encajar, precisamente porque el consumismo como teoría psicológica se fundamenta en una forma de actuar irreflexiva e irracional.
En realidad no necesitamos gran parte de las cosas que compramos. De hecho, trabajar muy duro para comprar cosas que no necesitamos es una de las peores trampas en las que hemos caído los seres humanos. Yo prefiero trabajar menos duro, comprar menos cosas y disfrutar mucho de lo que hago. Como dicen en el Club de la Lucha “tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos”.
Es realmente curioso como este minimalismo por elección resulta de la evolución extrapolada al ámbito personal de los sistemas de mejora de productividad industrialque se implantaron con el nacimiento de la producción en cadena. El nacimiento del capitalismo salvaje y su ansia de eliminar lo que no resulta productivo para el sistema nos conduce a una forma de actuar que rechaza el capitalismo en la esfera persona precisamente por ofrecernos bienes inútiles.
Siempre he sido un tipo práctico, pero mi vida toma cada vez un sentido más minimalista. Que lo que haces tenga sentido y nos conduzca a la realización personal nos lleva a que lo que tienes tenga que tener sentido y también nos aproxime a la realización personal, que es exactamente la definición de minimalismo.
¿Seré minimalista? No me siento como tal, pero desde luego rechazo con más firmeza las cosas inútiles que se presentan en mi vida.
yo creo que vivimos en un mundo tan saturado de mensajes consumistas que es normal que te rebeles contra ellos. Lo mejor es disfrutar de lo que somos, que en verdad no tiene nada que ver con lo que tenemos. Un abrazo,
Nelly.
Extraña reflexión viniendo de una publicista. Extraño artículo de alguien que trabaja en publicidad.
Creo que has dado en el clavo. Además, tiene otro efecto, el minimalismo elimina el «ruido» de la vida (a veces dolorosamente) para concentrarse en lo esencial.