Ya sabéis que de vez en cuando me gusta comentar algunas frases, leyes o principios que no parecen tener mucho que ver con los temas que suelo tratar pero que esconden una verdad tan categórica y llena de sentido que me hacen reflexionar.
El otro día estaba leyendo un libro sobre tonterías extraídas de la famosa Ley de Murphy y me encontré con esta divertida frase.
«Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez»
Me hace mucha gracias porque me recuerda mucho una época en la que mi razonamiento pasó de pensar que mucha de la gente que me rodeaba eran unos cabrones hasta que entendí que no, que el problema es que no sabían muchas cosas que debían saber.
Muchas veces cuando percibes que una persona «te está tratando mal», no lo hace conscientemente. Puede ser que no sepa enfrentarse a la situación, que no conozcan otra forma de relacionarse con los demás. No es maldad, es ignorancia. No es que te hable como si fueras idiota, es que el idiota es el y no sabe hablarte de otra manera. No es aplicable siempre, pero merece la pena darles el beneficio de la duda. Incluso cuando te tratan mal, suele ser porque desconocen tus circunstancias personales, tu pasado o tus aspiraciones. Cuanto más conoces de una persona más probable es que puedas empatizar con ella .Todos tenemos muchas cosas en común, pero las ignoramos.
Llevado este razonamiento a las empresas, la gran mayoría de nosotros piensa que nuestro jefe es un cabrón y una mala persona que quiere jodernos, dicho mal y pronto. Yo que he tenido la suerte de llegar a convertirme en buen amigo de mis jefes, he llegado a la conclusión de que en muchos casos no toman decisiones con ánimo de molestar. Siempre están movidos por dos fuerzas: la ambición y la ignorancia. Si la ambición (o necesidad) por ganar más dinero es más fuerte que la motivación por mantener tu bienestar, pensarás que es un cabrón evidentemente. Pero muchas veces es porque desconocen las implicaciones que sus decisiones tienen en tu trabajo. No saben por ejemplo que cambiándote de sitio te separan de tu mejor amigo, que cambiando esa tarea desbaratan toda tu planificación o que estás especialmente sensible y no te ha sentado bien determinado comentario.
De hecho, es un razonamiento que me ayuda a comprender y mantener conversaciones más o menos racionales con personas que tienen opiniones extremas en temas que yo antes consideraba innegociables. Cuando hablo con una persona racista intento no verlo como una mala persona que desprecia a las personas por ser diferentes a el, intento verlo como un pobre estúpido ignorante que no ha tenido la oportunidad de convivir con personas de otras razas y que ha formado su opinión a partir de la de un tercero. Esto no hace que su postura sea menos reprobable, pero me ayuda a poder hablar con menos carga emocional.
No por tener más información una persona se va a acercar más a tus planteamientos necesariamente. Tampoco significa que tu planteamiento sea mejor que el suyo. A lo mejor el ignorante eres tu…
De hecho, del mismo modo que la maldad no es justificable en ningún caso (aunque podríamos hablar largo y tendido sobre qué es la maldad), tampoco es justificable la estupidez y la ignorancia. Por suerte, está en nuestra mano ayudar a los ignorantes a comprender cosas. También está en nuestra mano mantener la mente abierta para evitar seguir siendo nosotros mismos ignorantes. Como siempre, lo mejor es ponerte en el lugar del otro antes de reaccionar precipitadamente.
Magnífica explicación
Muchas gracias!
hola Daniel, excelente articulo, a mi también me paso lo mismo, comprendí que la gente en mi entorno no eran «malos», solo estúpidos o ignorantes, me dí la tarea de «enseñarles» todo tipo de cosas, desde un programa en especifico hasta el funcionamiento de la compañía, hasta ahora he encontrado un 100% de estúpidos que no quieren aprender, lo cual me ha desmotivado un montón…
lo peor de esta gente es que en un corto plazo adquieren puestos de jefaturas (¿?) o votos dentro de la toma de decisiones, el cual aveces es fatal…
Saludos
Muchas gracias Claudio.
Cada trabajo es un mundo. Hay que aprender a moverse en el ecosistema en el que nos toca vivir y, si no te gusta, cambiarlo o dejarlo ;)
Un saludo!
Lo peor es cuando adquieren puestos en jefaturas del gobierno…
Claudio me ha encantado tu comentario…revela que eres una persona muy maja y con mucho sentido del humor…..animo…en cuanto a lo que comentas…es verdad…es casi la mayoria de gilipollas no aceptan tan facilmente que lo son…pasa como con la bebida…que muy pocos reconocen el problema….saludos.
si el final de todo, estas seguro que el 100% de tus compañeros son estupidos, no sera…..
digo..
que el estupido seas tu!!!
un explicacion sencilla…