Ciertamente es fácil relacionar productividad y competitividad. Según la definición clásica, la productividad es la ciencia que se encarga de optimizar los recursos para obtener el máximo beneficio de ellos. Esto es lo que nos lleva directamente a la competitividad.
Hay muchas formas de competir, pero siempre vamos a depender de un recurso finito, perecedero y no almacenable que es el tiempo.
A nivel individual, el único recurso real que podemos manejar es el tiempo. A fin de cuentas, ser competitivo o no depende de la cantidad y calidad de objetivos que seamos capaces de alcanzar y de la calidad de los mismos, como exponíamos en esta definición de productividad personal.
Por tanto, una forma de ser competitivos es hacernos productivos sincronizando nuestros objetivos personales con los objetivos de la carrera en la que queremos competir. Si queremos competir en una carrera, podremos aplicar nuestra productividad personal para desarrollar y ejecutar un sistema de rutinas que nos permitan hacer una buena marca el dñia de la carrera.
Si queremos competir en una empresa, adaptaremos nuestras metas para conseguir formarnos, hacer nuestro trabajo de forma eficaz y expandir nuestros horizontes.
La consecuencia lógica de competir aplicando técnicas de productividad personal es que no competimos por cantidad de tiempo aplicado al trabajo, sino por productividad de este tiempo. Nosotros competimos por hacer ganar más dinero a una empresa con una hora de nuestro tiempo que nadie más.
Ese concepto, y el hecho de que somos humanos y tenemos una capacidad de concentración limitada, hace que podamos (y debamos) dedicar más tiempo a cosas que nos hacen felices fuera del trabajo, como familia y aficiones. Si eres capaz de hacer en 8 horas de trabajo lo mismo que hace otro en 12, ¿por qué no pasar 4 horas más al día con tu familia o contigo mismo?
No solo eso, sino que podemos aplicar también nuestras técnicas de productividad personal a la consecución de objetivos en nuestro ámbito privado, obteniendo la felicidad derivada de la satisfacción de cumplir metas.
La productividad personal no es solo una forma de ser mejores en nuestro trabajo, es una forma de tener una vida más plena y feliz.
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