Hace unos años pasé por una época en la que me convertí en una persona bastante pesimista. En ese periodo de mi vida me veía a mi mismo como un tipo sin suerte. Siempre pensaba que no ganaría las competiciones a las que me presentaba, que no aprobaría los exámenes a los que me presentaba si no los llevaba muy preparados, que no conseguiría un buen trabajo…
Leí entonces acerca de un principio que cambió mucho mi forma de afrontar el día: se trata del principio de la Profecía Autocumplida.
Este principio viene a decir básicamente que, si nosotros pensamos firmemente que ocurrirá algo, esto será la causa misma de que lo que nosotros pensábamos que iba a ocurrir ocurra: Si creemos que suspenderemos un examen probablemente lo suspenderemos. Si creemos que nuestro negocio se arruinará con toda seguridad lo hará.
La Profecía Autocumplida es un arma peligrosa con un doble filo sutil. Y es que no basta con querer algo para conseguirlo. Si pensamos en positivo, estamos creando un estado de motivación y confianza en nosotros mismos que puede ser muy importante para la consecución de nuestro fín, pero que debemos combinar con fuertes dosis de realismo y trabajo para convertir nuestra profecía en realidad: no aprobaremos este examen si no creemos 1) que lo aprobaremos y 2) si no estudiamos duro.
No debemos caer en el error de considerar esta teoría psicológica simplemente en términos de victoria o derrota cuando, desde mi punto de vista, su impacto más fuerte está en nuestras relaciones sociales. No es posible llevarse bien con alguien en la oficina si tu profecía es que acabaréis discutiendo. Jamás te integrarás en un equipo si tu profecía autocumplida es que terminarás solo y en el paro.
Este principio de la Profecía Autocumplida me recuerda mucho al concepto de “visualizar la victoria antes de que ocurra la batalla” de los libros de estrategia antiguos de China y Japón, y se trata de un concepto además que es muy utilizado por deportistas de élite.
- La confianza y la motivación derivadas de la certeza del éxito genera en nosotros un estado mental que nos puede llevar a hacer cosas extraordinarias.
- Por otra parte, la certeza del fracaso nos llevará a fracasar irremisiblemente. No es posible conseguir algo si primero no creemos que es posible.
Como he comentado al principio, este conocimiento me hizo ir transformándome en una persona positiva, con seguridad en mí mismo y optimista. Por supuesto que no cumplo siempre con mis objetivos, pero este cambio en mi forma de ver el mundo me hizo soltar mucho lastre antes de afrontar nuevos retos y me ayudó a que me resultara más sencillo alcanzar mis metas.
Recuerda. Si te visualizas a ti mismo como alguien que no alcanza sus objetivos, este pensamiento será la causa misma de que no los alcances. Si te visualizas como alguien que llega a sus objetivos, este será el primer paso para la consecución de los mismos.
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