En empowerment o empoderamiento tiene varios significados, todos relacionados con dotar a una persona o grupo de personas de poder de decisión. Empowerment viene de “power” (poder) y su traducción literal sería algo así como “dar poder”
Pero lo que aquí nos ocupa es el empowerment aplicado a las organizaciones. Para el caso, el empowerment es un paradigma de liderazgo basado en dotar a las personas de poder sobre sus propios actos, dándoles autonomía y confiando en sus capacidades.
Me parece una práctica espléndida para gestionar equipos en las organizaciones modernas por muchas razones:
Por un lado, los knowmads necesitamos motivación e implicación. Gran parte de esta motivación viene dada por poder desarrollar nuestras propias ideas y ver como crecen. Con apoyo de nuestros compañeros y líderes, por supuesto, pero sin intromisiones muy fuertes a no ser que sea necesario y siempre desde el respeto.
Por no hablar del reconocimiento. La responsabilidad se percibe frecuentemente como una medida de reconocimiento dentro de una organización, por lo que al dotar de más poder a una persona estás reconociendo implícitamente que está haciendo un buen trabajo y que es digno de confianza.
Por otro lado, gran parte de la efectividad de un equipo dependerá de en qué medida el líder es capaz de delegar. Los líderes que no saben delegar adecuadamente y que quieren tomar todas las decisiones se convierten con demasiada frecuencia en cuellos de botella que hacen farragoso el trabajo, rebajando el nivel de productividad de todo el mundo hasta límites a veces inaceptables.
Debemos tener en cuenta también la hiperespecialización a la que nos vemos abocados cada vez más. Aunque me encantan los equipos multidisciplinares en los que todos sus miembros pueden complementarse de uno u otro modo, lo cierto es que el líder del equipo no debería ser el mejor especialista en cada una de las áreas que dominan su equipo. Fundamentalmente porque el líder debe ser el mejor líder, no el mejor diseñador ni el mejor programador.
No es una teoría, el empowerment es real y se está instaurando en las organizaciones poco a poco por dos razones principales.
La primera es la mejora de la productividad. Al dotar a una persona de autonomía a medida que va demostrando sus conocimientos consigues enfocar el trabajo de todo el mundo, evitando duplicidades y definiendo claramente los objetivos y las responsabilidades. El impacto sobre la productividad es directo. Como la buena implementación del empowerment implica también bastante seguimiento probablemente haya algo de Efecto Hawthorne en todo esto.
La segunda es la reducción de costes. El empowerment lleva implícita una menor burocracia y una mayor agilidad a la hora de tomar decisiones, simplemente porque hay menos personas implicadas. Aunque un buen empowerment conlleva bastantes reuniones de seguimiento y motivación, su coste es menor que el de las reuniones de coordinación en las que se intenta decir a un grupo de personas lo que deben hacer, sin que en muchas ocasiones estén de acuerdo o lo entiendan correctamente.
Yo como soy un poco chuleta ya se me ha escapado en alguna ocasión alguna frase tipo “¿Tu quieres que la empresa gane más dinero en internet? Pues déjame trabajar un par de semanas y no me digas lo que tengo que hacer porque el especialista soy yo.” Siempre de buen rollo y dentro del tono informal pero respetuoso que ha reinado en mis empleos. Pero lo mejor de todo es que siempre ha sido verdad XD.
Creo que mi postura ha quedado clara. Empowerment si. Empowerment ahora. Si confías en tu gente dales el poder. Y si no confías en tu gente, a lo mejor deberías pensar por qué trabajas con ellos.
gracias por trabajar en esto ,que nos hace la vida más fácil y minimiza tiempo y que damos como reyes, dando un muy buen resultado en los estudios y en las empresas,
gracias
, gracias
Gracias a ti Rosa