La motivación es relativamente fácil de entender pero no es tan fácil de definir y mucho menos de conseguir y cultivar, tanto en uno mismo como en otras personas.
Podríamos definir motivación la fuerza del ánimo de un individuo para alcanzar determinado propósito.
Eso creo que está mas o menos claro. La pregunta que nos surge inmediatamente después es: ¿Cómo me motivo a mi mismo? ¿Cómo motivo a los demás? Aquí empiezan las dificultades.
Lo primero que debo señalar es que desde mi punto de vista, no puedes motivar a los demás, la motivación tiene que salir de uno mismo. Lo que se llama la motivación intrínseca.
Es un enfoque radical pero la experiencia me dice que es imposible motivar a alguien que no quiere ser motivado. Por supuesto, podemos facilitar el estado de motivación de una persona mediante factores extrínsecos: podemos proporcionarle aquellas cosas que necesita para mantenerse motivado, pero en ningún caso podremos hacer que se motive.
Y todavía más difícil: la mayoría de personas tienen serias dificultades en identificar qué cosas les motiva. Si preguntas a cualquier persona que trabaje contigo qué es lo que necesita para motivarse probablemente te diga que le gustaría tener más tiempo libre, que le gustaría ganar más dinero, que le gustaría que su trabajo estuviera más reconocido… y puede que todo esto sea cierto.
Estudios demuestran que las cosas que motivan a cada individuo son variables a lo largo de periodos sorprendentemente cortos de tiempo. La motivación por una subida de sueldo dura apenas unos meses, la motivación por un ascenso no suele pasar del año y la motivación por un cambio de trabajo se esfuma en pocas semanas normalmente. Esta motivación por causas reactivas es lo que se conoce como motivación operante.
Posiblemente es por el fenómeno conocido como Pirámide de Maslow, en la que las personas ascienden por una escalera de necesidades vitales que les conduce hasta la autorrealización. La motivación nace de querer alcanzar un hito dentro de esta pirámide. Ascender un pequeño peldaño en el reconocimiento, en el bienestar económico o en la conciliación entre trabajo y familia ayuda, pero inmediatamente miraremos arriba e identificaremos cual es el siguiente escalón que podemos alcanzar. La naturaleza humana encierra el deseo de mejorar nuestra vida y la de las personas que nos importan.
La motivación puede manifestarse de numerosas formas: algunas personas están más contentas y sociables, otras personas pasarán periodos de tiempo más y mejor concentrados, puede que de forma casi obsesiva… depende de cada persona y situación. No debemos en ningún caso intentar imponer nuestra visión de la motivación a las personas que nos rodean.
Comprender qué es la motivación y, sobre todo, qué es lo que nos motiva, es fundamental para ser felices y ayudar a los demás a serlo. Si no comprendes los resortes psicológicos detrás del ánimo de las personas y te limitas a aplicar lo que lees y a conceder lo que te piden nunca conseguirás realmente ayudar a nadie a sentirse motivado.
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