La revolución tecnológica que estamos sufriendo durante el final del siglo XX y al comienzo de este siglo XIX está propiciando el nacimiento de un nuevo tipo de trabajadores denominados trabajadores del conocimiento.
No es extraño encontrarlos, quizás tu seas uno de nosotros y todavía no lo sabes.
Estos trabajadores del conocimiento son personas cuya labor principal consiste en la aplicación del saber que han acumulado a mediante el estudio o la experiencia a la realización de proyectos.
Es un perfil que resulta cada vez más importante en el mundo en el que vivimos por el impacto que tiene sobre los procesos creativos y productivos la existencia de internet. Solo es necesario leer un artículo para saber cómo crear una tienda online por ejemplo. La importante es comprender lo que se está leyendo y saber cómo utilizarlo.
La proliferación de estos perfiles es consecuencia de la gran información de la que disponemos hoy en día. Una persona suficientemente inteligente puede aprender cualquier cosa y tiene toda la información que necesite a su disposición. La labor del trabajador del conocimiento en este sentido se podría resumir en saber qué información necesita y saber cómo aplicarla.
En este sentido, nos encontramos con los trabajadores del conocimiento clásicos, como creativos, científicos o directivos, gente cuya valía solía medirse ya en términos de saber en un mundo pre-digital, y nos encontramos también con trabajadores del conocimiento como industria. En este último caso podemos encontrar a consultores tecnológicos, programadores, redactores, expertos en marketing… Personas que viven de su conocimiento aplicado a la producción de un bien o un servicio y que tienen que estar constantemente aprendiendo e imaginando.
Es cierto que estos trabajos existen desde antes del nacimiento de internet, pero es en este momento donde las industrias relacionadas con la información y la tecnología son masivas y, por tanto, los trabajadores del conocimiento se han convertido en un perfil muy frecuente que hay que aprender a gestionar.
La propia naturaleza del conocimiento y la información convierte su trabajo en un ejercicio principalmente creativo e intelectual, cuyo alcance es realmente difícil de medir en los términos industriales a los que estamos acostumbrados como horarios o producción. La naturaleza misma del trabajo nos obliga a pensar de forma diferente en términos de motivación o fatiga.
El gran reto de las empresas a nivel de recursos humanos durante las primeras décadas del siglo XIX consistirá (consiste) en modificar sus criterios de calificación y gratificación laboral, dejando atrás el modelo heredado de la revolución industrial y creando una nueva escala que contemple adecuadamente la forma de trabajar de los trabajadores del conocimiento.
Felicidades Daniel. Una gran definición del trabajador del conocimiento. Ahora solo nos queda esperar que más pronto que tarde la empresa del país modifique pronto sus criterios de calificación y gratificación laboral, para estar acorde a esta nueva realidad laboral.
Patxi
http://www.valorkaizen.cat