Ya he comentado otras veces en este blog que una de las cosas que más me cuestan en la vida es mantenerme motivado. Me encanta emprender nuevos proyectos, pero tiendo a aburrirme cuando alcanzo cierto nivel de maestría. Eso me ha llevado a emprender una incansable búsqueda sobre los factores que inciden en la motivación.
Hace poco me he topado con una interesante teoría de un psicólogo llamado Heider llama la Teoría de la Atribución. Esta teoría trata de explicar el comportamiento de las personas en función a determinados parámetros. La motivación no deja de ser un comportamiento, por lo que he visto varios estudios acerca de cómo afrontarla desde este punto de vista.
Con vuestro permiso, a partir de ahora me ceñiré al campo de la motivación el resto del artículo.
Según Heider, el comportamiento de los seres humanos dependen de una serie de factores que podemos evaluar y atribuir en función de unos parámetros.
Internos o externos
Aquí evaluamos si los factores que influyen en nuestra actitud frente al problema de la motivación solo dependen de nosotros mismos o por el contrario responden a estímulos externos. Heider defiende que están íntimamente relacionados con nuestra autoestima, pero no creo que sea un concepto lo bastante inmutable y absoluto y, desde luego, no depende de una sola variable. Creo que podemos introducir en esta parte de la ecuación la Pirámide de Maslow. Es difícil decir si la causa de que no nos sintamos motivados es interna o externa y en qué grado. En muchas ocasiones nos sentimos desmotivados y buscamos explicaciones fuera cuando en realidad están dentro. Recuerda que opina que la motivación debe nacer de nosotros mismos.
Estabilidad o volatilidad
Se tratan de una serie de valores percibidos por el individuo que evalúan si la razón por la que se siente motivado o los problemas a los que se enfrenta y que hacen que se sienta menos feliz son perdurables en el tiempo o no. Pueden ser factores que no cambian rápidamente, como lo satisfecho que se siente uno en su puesto de trabajo, la idoneidad o no de su sueldo o si se siente integrado en el equipo, o pueden ser factores extremadamente pasajeros como un día de baja de un compañero, una semana especialmente complicada o un problema puntual con un superior.
Controlabilidad o incontrolabilidad
Se trata de la capacidad que tiene el sujeto para influir de forma directa en la raíz de los factores que detecta como desmotivadores. Pude que dependan directamente de él mismo o puede que no tenga ningún control sobre ellos. Personalmente opino que más que la controlabilidad se debería hablar de la percepción de controlabilidad. Muchas veces pensamos que estamos abocados a que las cosas sean de una determinada manera simplemente porque no creemos que se puedan cambiar o no vemos el modo de que esto sea posible.
Según esta teoría, cuando buscamos la causa por la que no nos sentimos motivados, la atribuimos a algún factor en alguna de estas tres categorías. Así, si no nos sentimos motivados, podemos debemos evaluar si las causas son internas o externas, que nivel de estabilidad o volatilidad tienen y si podemos o no hacer algo para cambiarlas.
Es frecuente engañarnos a nosotros mismos por no ser lo bastante valientes para afrontar las respuestas que se nos presentan. El valor para mirar dentro de nosotros es una cualidad fundamental para poder crecer como ser humano.
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