El Efecto Cliffhanger (colgar de un acantilado) es una técnica que usan los escritores y guionistas para mantenernos interesados en su serie. Constituye ese momento al final de un capítulo de una serie de televisión o de una fase de un videojuego en el que descubres que la serie da un giro inesperado, en el que dejan adivinar que en el próximo episodio descubriremos piezas claves para resolver el misterio que nos mantiene en vilo… En general, significa cerrar uno de los ciclos argumentales con un momento tan impactante que nos mantenga «colgados» esperando con ansia el siguiente bloque argumental.
El principio psicológico en el que se basa es bastante conocido y ya hemos hablado de el anteriormente. Se conoce como Efecto Zeigarnik.
¿Qué tiene que ver todo esto con las tareas? Todos hemos sufrido periodos en los que por más que intentábamos dejar a cero nuestra lista de cosas pendientes, cada vez que cerrábamos una tarea surgían dos nuevas tareas relacionadas con la anterior.
Por mi profesión, lo he visto muy frecuentemente con empresas que necesitaban lanzar su página web y cuando parecía que se iba a cerrar un capítulo siempre se abría uno nuevo. A mi no me ocurre con tareas importantes, pero me ocurre con proyectos de ocio, que normalmente se alarga porque voy añadiendo nuevas tareas a la lista a medida que voy completando otras.
Hace poco estuve observando la forma de trabajar de unos amigos que se dedican al desarrollo de software. Me pidieron que les echara una mano porque les costaba mucho lanzar sus proyectos. Son gente técnicamente muy buena, trabajadora y con objetivos claros. ¿Qué les ocurría entonces?
Ellos utilizan metodología scrum y tienen varias sesiones a la semana en la que comentan las tareas realizadas y las dificultades con las que se han encontrado a la hora de realizarla, por lo que todo lo que tuve que hacer es acudir como oyente a un par de sesiones para ver el problema.
Como son gente muy creativa y muy perfeccionistas, cada tarea completada destapaba una o más tareas adicionales: si implementaban una nueva interfaz gráfica surgían varias tareas de solución de bugs. Si agregaban una nueva funcionalidad añadían a la lista cuatro nuevas funcionalidades que se les habían ocurrido…
Esto se traducía que cada tarea terminada desembocara en una o varias tareas nuevas. No solo no estaban más cerca de terminar el proyecto sino que al añadir nuevas tareas a su lista estaban de hecho más lejos que cuando empezaron. Sus tareas siempre terminaban en «Continuara…», como en las series.
Pero claro, mientras que el objetivo de una serie es mantenernos enganchados y entretenidos la mayor cantidad de tiempo posible antes de resolver la trama, el objetivo de una lista de tareas es justamente el contrario: mantenernos ocupados el menor tiempo posible para alcanzar nuestra meta (excepto si cobras por horas, pero eso es harina de otro costal)
¿Cuál fue mi consejo? Eliminar tramas secundarias y no permitir que sus tramas principales se enreden. Cuando surja una oportunidad de añadir una nueva tarea a la lista, deben preguntarse si de verdad eso les acerca o les aleja de la consecución de su objetivo. Si la respuesta no es «es absolutamente imprescindible», lo mejor es que anoten la idea en algún lugar pero no la añadan como tarea.
El cliffhanging en listados de tareas es algo más frecuente de lo que pensamos y supone un serio problema a la hora de alcanzar objetivos. Dejemos el suspense para los guionistas y dediquémonos a ejecutar de forma ordenada y eficiente las misiones que tenemos encomendadas.
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