El mensaje que quiero compartir hoy no es difícil. Tampoco es un mensaje nuevo, lo mencionan todos los expertos en productividad personal, todos los coach del mundo y cualquiera de nosotros si nos tomamos un momento para reflexionar:
Si observas a tu alrededor verás que ocurre con mucha frecuencia. Nos marcamos una meta, diseñamos un plan minucioso para alcanzarla y nos esforzamos mucho todos los días en pos de nuestro objetivo. Poco a poco, la carga de trabajo, la operativa diaria, las nuevas cosas que van surgiendo, hacen que nos olvidemos de por qué estamos trabajando tanto. Perdemos completamente el foco. Reconozco que soy una persona que tiendo a perder el foco fácilmente por una razón sencilla: me implico en mi trabajo y me gusta mucho hacerlo.
Me implico tanto que olvido en ocasiones cual es la meta de mi trabajo, el por qué estoy trabajando, y me centro solamente en el cómo. Hay dos imágenes que me ayudan a combatir este problema:
Una de ellas, que procuro evocar todas las mañanas, es la de un samurai entrenando kendo por la mañana. La primera vez que me topé con el concepto de Visualizar el objetivo fue en El Libro de los Cinco Anillos de Miyamoto Musashi. Este señor fue un duelista del japón feudal que nunca perdió una pelea, y explicaba que uno de los secretos era precisamente no perder nunca de vista a tu objetivo. Para mí, muchos de los valores del bushido son aplicables al mundo de hoy en día.
De la segunda me acuerdo cuando me veo en apuros, en esos momentos en los que parece que una avalancha de tareas intenta sepultarte y te ves de repente rodeado y con varios frentes abiertos. Imagino a un naufrago en mitad del océano. Si decide no remar o cambia de opinión sobre que dirección tomar, nunca llegará a ningún sitio y morirá de hambre. Si opta por una dirección y rema con constancia y dedicación sin desviarse, llegará a tierra y se salvará.
Mantener el foco y centrarte en el objetivo ayudarán a que tu trabajo no sólo sea productivo, sino a que tenga sentido. Al visualizar tus metas serás capaces de alcanzarlas y, como pequeño extra, podrás celebrar una pequeña victoria.
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